Ser una persona empática no es fácil. Y no es fácil porque en muchas ocasiones tenemos la creencia de que debemos dar una respuesta a la persona que se tiene delante.
Es necesario tener en cuenta que en muchas ocasiones no es necesario dar una respuesta a la persona que tenemos en frente, es decir, queremos ser empáticos dando respuestas que en la mayoría de ocasiones lo que consiguen es alejarnos.
Las personas empáticas son aquellas que destacan no por lo que responden, sino por su capacidad de escuchar.
La mejor respuesta es la que puedes dar a través de la escucha, no de la respuesta. De lo que se trata es de ser capaz de estar presente, de estar presenta frente al otro con los cinco sentidos. Y eso se consigue vaciando tu mente y escuchando a la otra persona con todo tu ser.
«La empatía consiste en la capacidad de estar presente»
Lo que realmente quiere la gente cuando se acerca a ti para desahogarse es ser escuchada, transferirte sus sentimientos. Es necesario saber interpretar el momento en el que la otra persona te transmite el siguiente deseo.
Escuchar sin responder tiene un enorme valor porque la escucha activa está normalmente exenta de juicio, opinión y valoración. Cuando se escucha sin dar respuesta, lo que se consigue es centrar toda la atención en el mensaje que te está transmitiendo la otra persona. Escuchar sin responder ofrece el tiempo y el espacio al otro para que exprese de forma libre sus sentimientos y pensamientos, facilitando así que se sienta comprendido por ti.
Tipo de respuestas no empáticas:
Personal. ¡Eso no es nada! Yo una vez…Yo sé exactamente cómo te sientes…
Asesorativa. Creo que deberías…
Reconfortante. No te sientas culpable. Lo has hecho lo mejor que has podido.
Acusatoria. Tú siempre haces … Nunca haces lo que…
Relativa. ¡Anímate! Seguro que…Podría ser peor… No es para tanto… Supéralo
Condicional. Puedes aprender de esto si…
Interrogativa. ¿Y por qué…?, ¿Por qué no puedes hacer como…?
Excusadora. Me hubiera encantado ayudarte, pero… Ese no es mi problema
No utilizamos estas respuestas conscientemente para incomodar, sino porque realmente sentimos que es lo que la otra persona necesita. Así que a partir de ahora, antes de responder con una de estas expresiones pregúntate sobre quién tiene la necesidad de escucharla.